El Manchado de Jabugo.
Esta es la historia de una pieza de jamón ibérico criado en la dehesa de Huelva que cuesta 4.100€
O eso dice el que lo vende.
Hace muuuuucho tiempo, cuando ni la Reina de Inglaterra había nacido…
Un ganadero, a la vuelta de su viaje a Londres, se trajo a casa una pareja de cerdos ingleses (de raza Large White, para ser exactos).
Como buen hombre de campo y mejor ganadero los crió en su finca junto a la piara de cerdos ibéricos.
La finca era una dehesa antigua con alta densidad de arboleda (mucha bellota) situada en un pequeño pueblo de la Sierra de Huelva que igual te suena, el pueblo se llama Jabugo.
Resulta que una tarde, al caer el sol, mientras el capataz recogía los aperos para terminar la faena, el macho inglés, aprovechando el descuido de una cancela entreabierta, se escapó con una hembra de pura raza ibérica.
Parece ser que esa noche “durmieron” juntos….
Porque un tiempo más tarde, exactamente 3 meses, 3 semanas y 3 días (que es lo que dura el embarazo de un cerdo) nació un lechón de color raro, al que bautizaron como el Manchado de Jabugo.
Oh.
¿Manchado?
¿Por qué?
Sí, ese es su nombre, te cuento porque:
Del cruce salió un cerdito rubio con manchas negras.
Un cerdo que no es negro, ni rosa, que es rubio y además tiene manchas negras.
Imagina la sorpresa y la novedad.
Bien.
Durante años fue el rey de la cabaña.
Se dice que sus jamones ibéricos tenían buen sabor y buena textura pero hoy está en peligro de extinción.
No se sabe el número exacto de los que quedan, el último censo era de 51 animales.
EL motivo de sus extinción: El color de su pezuña.
El cruce hace que muchos de ellos nazcan con las pezuñas blancas en vez de negras y claro, un jamón ibérico o una paleta ibérica de bellota de pezuña blanca en un mercado acostumbrado al negro, parece de calidad inferior.
He preguntado a los mayores que en su día pudieron probar el sabor del manchado auténtico para saber más sobre esta raza y dicen que sí, que era algo especial, que tenían un sabor suave y una textura jugosa.
Lo cierto es que la consanguinidad de los pocos que quedaron lo hicieron debilitarse y hoy en día no queda rastro de la calidad de entonces.
Poco a poco las piaras de manchados se sustituyeron por cochinos ibéricos puros de pata fina y pezuña siempre negra que eran más rentables.
Las cosas de la vida, o del marketing, yo ya no sé que pensar.
Pasa una buena tarde.
Te mando un saludo.
Maxi Portes // Hago jamón ibérico.